sábado, 22 de octubre de 2016
domingo, 4 de septiembre de 2016
miércoles, 24 de agosto de 2016
Vórtice de Basura y plástico en el Pacífico
Enormes cúmulos de resíduos en el pacífico del tamaño equivalente a tres veces la península ibérica.
Pensar que este despropósito de sistema económico basado en el consumo galopante, y en el crecimiento, no tiene un impacto negativo en el ecosistema que nos sostiene, y que este impacto no nos será devuelto, es un acto de irresponsabilidad sin medida.
Fuente: Greenpeace international
sábado, 13 de agosto de 2016
Interesante mapa que muestra el tráfico marítimo, puede observarse por tipo de carga y el impacto en cuanto a las emisiones de CO2 a la atmosfera (fuente: https://www.kiln.digital/)
Created by London-based data visualisation studio Kiln and the UCL Energy Institute
lunes, 1 de agosto de 2016
martes, 28 de junio de 2016
La Globalización que envenena el Mundo
Nadie se plantea que la globalización ha supuesto un incremento de la "riqueza" a nivel mundial, y si medimos la riqueza mediante el PIB (esto es algo que sólo a un economista se le ocurriría), será así.
Ahora bien, ¿que supone que una transnacional crezca en infraestrucura para poder exportar su producto a todo el mundo? Esta empresa realizará una inversión en aumentar su plantilla y sus instalaciones para cubrir la demanda, hasta ahí bien... en un país a 6.000Km de distancia una empresa cerrará porque los productos que antes vendía, ahora serán suministrados por una empresa extrangera. El incremento de plantilla en un lugar se convierte en parados en otro.
Eso sí la multinacional se convertirá en un bocado jugoso para especuladores, con lo que empezará a cotizar en bolsa, con el caché que esto supone, y sus accionistas recibirán millones en dividendos, que llevarán a sus cuentas en paraísos fiscales, porque las prestaciones por desempleo de aquella gente que quedó sin trabajo tras el cierre de aquella empresa no son su problema.
Así que, desde el punto de vista de alguien que vive del sueldo fruto de su trabajo, y no del fruto del trabajo de otros (...que trabajar honradamente mancha...), la globalización no crea empleo, solo lo reubica, lo destruye en algunas zonas para crearlo en otras, eso sí permite a un grupo reducido de personas o entidades aumentar su patrimonio exponencialmente, y la avaricia de los mismos (junto con las leyes que están diseñadas para beneficiarlos a ellos), les sitúa en una posición en la que cada vez exigirán más, sometiendo a extorsión a los trabajadores, manteniendo constantemente la amenaza de la perdida del empleo en caso de que su avaricia no se vea satisfecha en las juntas de accionistas.
Esta avaricia llevará a los directivos a buscar aún mas rentabilidad, abriendo sus factorías allá donde no hay derechos laborales y el trabajo es en condiciones de semiesclavitud, destruyendo, una vez más empleos en un puntto para crearlos en otro, pagando sueldos menores, contratando menos trabajadores porque les pueden obligar a hacer jornadas de 12 horas.
Pero hay algo aún peor, ese "crecimiento" no es posible si cada vez no se vende más y más, consumiendo recursos energéticos y de materias primas que son finitos, destruyendo bosques, contaminando el agua, destruyendo el mundo que nos sustenta y da cobijo.
La globalización en sí es un acto de extrema irresponsabilidad por parte del ser humano, diga lo que diga un absurdo parámetro como el PIB que brota de una doctrina pseudocientífica como la economía, pero que está en las antipodas de medir el crecimiento de los pueblos, de los ciudadanos.
domingo, 29 de mayo de 2016
lunes, 23 de mayo de 2016
jueves, 5 de mayo de 2016
Las filtraciones de #TTIPleaks confirman las amenazas del tratado comercial de la UE con EE UU
La revelación por parte de Greenpeace Holanda de documentos secretos del Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP por sus siglas en inglés) confirma que la Unión Europea se dirige a un escenario de mayor precariedad laboral, poniendo además en peligro la salud pública y el medio ambiente. Por ello, la campaña #NoalTTIP, exige la suspensión de las negociaciones y solicita a los partidos políticos que insten al Gobierno en funciones a no autorizar la firma del tratado comercial con Canadá (CETA por sus siglas en inglés), previsto para octubre, por ser similar al TTIP
La filtración de 12 capítulos del TTIP muestra cómo se negocia el futuro de 800 millones de personas a sus espaldas. Una de las primeras conclusiones que se pueden extraer de su lectura es que, en muchos casos, la Unión Europea es la principal promotora de la privatización de todas las esferas de la economía, sacrificando leyes y políticas que aún protegen los derechos de las mayorías sociales en Europa y Norteamérica.
Una segunda conclusión es la confirmación de la enorme influencia de los lobbies empresariales, que son continuamente consultados por los negociadores, al contrario de lo que la Unión Europea afirmaba en su último informe sobre las negociaciones.
Las filtraciones hacen referencia a las consultas periódicas entre negociadores y sectores industriales y a cómo se han recogido las aportaciones de estos sectores en los textos, algo que no es de extrañar dado que el 88% de las reuniones de los representantes de la Comisión Europea han sido con grupos corporativos, frente al 9% que se han celebrado con grupos de la sociedad civil.
Así, en función de lo que se ha denominado "cooperación reguladora”, tanto la UE como EE UU han presionado durante las negociaciones para incluir un órgano de cooperación regulatoria con el fin de "eliminar barreras no arancelarias”, o lo que es lo mismo, aquellas leyes de protección laboral, ambiental y de salud, así como de protección de los servicios públicos. Dicho órgano daría más privilegios y poderes a las empresas transnacionales a la hora de participar en las primeras fases de toma de decisiones legislativas, antes incluso que al Parlamento Europeo.
Un ejemplo es el principio de precaución que permite reaccionar rápidamente ante un posible peligro para la salud humana o el medio ambiente, el cual aparece amenazado en los documentos filtrados. En base a este principio, no se ha permitido la entrada de carne estadounidense tratada con hormonas, como medida de precaución por su posible relación con el desarrollo de cáncer. En varios capítulos de los documentos filtrados se confirma la sustitución del principio de precaución por el de gestión del riesgo, seguido en EE UU y que obliga a la administración a demostrar los peligros de los productos una vez comercializados. Como consecuencia de ello, la cantidad de tóxicos peligrosos en Europa aumentará considerablemente.
Las filtraciones también muestran cómo la Unión Europea defiende la entrega total de la compra pública a los oligopolios de las multinacionales, un aspecto en el que EE UU toma una postura más proteccionista. A su vez, varias notas de los documentos filtrados sobre Comercio Transfronterizo de Servicios señala otro problema: la intención de suprimir aún más los controles sobre el sector bancario y financiero, lo que provocaría nuevas crisis financieras que causarían mayor inestabilidad financiera, desempleo y fraude fiscal como el que se ha descubierto con los papeles de Panamá.
Con todo, se ratifica lo que la campaña #NoalTTIP lleva denunciando desde el comienzo de las negociaciones: que el tratado solo beneficia a las grandes empresas, en detrimento de los derechos de la ciudadanía, ya que representa una amenaza para los estándares ambientales, la protección de los consumidores y consumidoras, los derechos laborales, la lucha contra el cambio climático, la salud y la agricultura. El TTIP también es una amenaza a nuestra ya frágil democracia y pone en peligro la soberanía de los diferentes niveles de la administración pública.
Al calor del impacto mediático causado por #TTIPleaks, la campaña #NoalTTIP llama la atención sobre el acuerdo hermano del TTIP, el tratado comercial entre la Unión Europea y Canadá (CETA), ya que forma parte de la misma lógica comercial de la ordenación ambiental, social y cultural, y que, aun sin el TTIP, permitiría a miles de empresas estadounidenses con filiales en Canadá demandar a los Estados europeos.
Por todo ello, desde la campaña #NoalTTIP:
• Demandamos la inmediata publicación de todos los textos de negociación del TTIP y TiSA (tratado internacional para la privatización de servicios públicos), así como la suspensión de las negociaciones de estos tratados.
• Llamamos a los partidos políticos a priorizar el debate sobre la política comercial en la campaña electoral y proponemos como una de las primeras tareas del nuevo parlamento que salga elegido el 26 de junio que inste al Gobierno a retirar el mandato de negociación del TTIP.
• A pocos días del próximo Consejo de Ministros de Comercio de la UE, previsto para el 13 de mayo, en el que se preparará la hoja de ruta para la firma del CETA, exigimos al Gobierno en funciones que impida su ratificación.
Via ecologistas en acción
miércoles, 6 de abril de 2016
lunes, 4 de abril de 2016
martes, 16 de febrero de 2016
domingo, 3 de enero de 2016
Individualismo inducido
Las teorías capitalistas respaldan la naturaleza egoísta e
individualista del ser humano por naturaleza y desde sus orígenes. Estas
teorías nos cuentan como el comportamiento natural (incluso a nivel
genético) de un ser humano es defender los derechos de propiedad, y las
distintas formas de proteger su permanencia y facilitar las distintas
transacciones de las mismas –acumular riqueza, al fin y al cabo-. Nos
dicen que nuestro individualismo original se desarrolla aún más como
resultado de cierta evolución cultural, nos hablan de la autonomía
personal de los cazadores recolectores, incluso difunden que -“lo
genéticamente incorporado durante la larguísima época en que los
cazadores recolectores se adaptaron a su entorno ha resultado ser la
base más adecuada para la aparición del capitalismo” (Papeles “Lucas
Beltrán” de pensamiento Económico, No1, Pedro Schwartz Girón, CEU) -,
más aún, estas doctrinas le dan un trato de excepcional al fenómeno de
la colaboración e intercambio entre distintas familias o grupos humanos
(“En compañía de extraños” - Paul Seabright, 2004-), y con todo asume
diferencias, en estos fenómenos dependiendo de las perspectivas de
reciprocidad (no será igual la colaboración en el caso de familias o
vecinos, que el de desconocidos a los que con toda probabilidad no se
volverá a ver).
En alguno de estos estudios, limitan la cooperación social a
intercambios, jerarquías y fuera de esta cooperación quedan los
conflictos, resultando, de los tres, el más deseable el intercambio, por
su componente de voluntariedad en este ejercicio. Sostienen que el
mecanismo de la competencia individual mantiene un equilibrio entre los
beneficios de las partes involucradas en las distintas cooperaciones
sociales. Aseguran que la competencia es el perfecto regulador de una
sociedad que ejercita el mercado libre. Este mecanismo pierde su
eficacia en el campo jerárquico por la capacidad de los estados de
ejercer la violencia y la coacción para forzar la obediencia (ejercidos
mediante conflictos armados, la justicia o los impuestos). Según este
discurso, los estados (las jerarquías), son un problema que introduce
palos en las ruedas del libre mercado por desestabilizar el mecanismo de
equilibrio de la competencia. De ahí la aversión que tiene el discurso
liberal por los estados y sus regulaciones. Resumiendo: se defiende un
modelo económico como el capitalismo, dotándole de un respaldo nacido en
la propia naturaleza del ser humano, en sus genes, en el amanecer de la
especie, y su historia, mientras que limitan nuestro comportamiento a
un comportamiento de mercado: intercambios de cualquier tipo con fines
más o menos interesados, los cuales se sitúan en el eje de la existencia
de cada individuo.
Este razonamiento, además de falso desde el punto de vista de la
biología (1), rezuma interés y manipulación, ya que, si bien será cierto
que la cooperación dentro de los grupos humanos tiene cierto componente
de interés particular de las partes, no sería tanto un interés
cuantitativo como cualitativo, es decir, los grupos sociales arcaicos (y
hasta hace no mucho podía verse en ciertos grupos culturales indígenas
cuyo modus vivendi ha quedado congelado en el tiempo), mantendrían una
cooperación e intercambio basados más en las relaciones humanas que en
el valor subjetivo de la mercancía. Los intercambios o prestamos de
servicios o mercancías no esperarían tanto una contrapartida igual o del
mismo valor (tanto es así que en algunas culturas está muy mal visto el
devolver lo prestado porque se asume que la persona no quiere tener
relación alguna con la otra parte), como el alimentar un interés grupal,
una relación de confianza que, si se afianzaba debidamente haría que se
creara una fuerte cohesión social, con lo que se aseguraba la
protección, por parte del colectivo, de todos los individuos que lo
componen en los momentos difíciles (enfermedad, accidente, escasez,...).
En realidad el interés “egoísta” de esta cooperación crearía uniones
más fuertes dentro de los grupos y los individuos desarrollarían
comportamientos que se pueden definir como altruistas. Todos los
componentes de una comunidad desearían pertenecer a la misma siempre que
se sintiesen arropados por la protección que les da el apoyo mutuo (2).
De esta forma, en los albores de la historia humana, el mercadeo y la
competencia pasarían a un segundo plano, lo cuál no quiere decir que la
economía material y de recursos no fuese de gran importancia, sino que
era primordial la “economía de relaciones personales”.Para los grandes
poderes económicos es en extremo necesario que la sociedad desestime sin
ninguna duda la cooperación altruista como parte del ser humano, puesto
que, aunque explotar nuestras habilidades cooperativas en las factorías
les es muy necesario, esas características también son el germen de
ciertos comportamientos de protección y defensa de colectivos humanos
como las luchas por derechos sociales y laborales. Esto es inadmisible
porque es un enorme escollo en el camino del negocio. Mucho mejor es que
nos movamos en un mundo de competencia, donde la persona que me
acompaña es un rival y no alguien en quien pueda confiar...
De esta forma, y a base de adoctrinamiento, hemos llegado a asumir como
verdad absoluta nuestro comportamiento individualista y competitivo. Si
tanto es su interés por este discurso, y asumiendo que las prioridades y
lealtades de estos poderes fácticos es contraria a los de la mayoría de
la población, habría que poner en duda la veracidad de estas teorías,
más aún si se pueden encontrar montones de ejemplos, desde los albores
del hombre, que son contrarios a lo ya explicado.
Las comunidades cazadoras recolectoras (en contra de lo que predican en
la Introducción a la antropología del capitalismo en los papeles “Lucas
Beltrán”), utilizaban estrategias de caza y emboscaban a sus presas en
batidas, donde cada individuo trabajaba como el pequeño engranaje de un
mecanismo perfecto (así lo demuestran multitud de registros
arqueológicos prehistóricos, como los de Tirig, en Castelló); y por
supuestísimo no existía el afán acumulativo que lleva implícito el
capitalismo. En Atapuerca tenemos el ejemplo de Miguelón, un Homo
heidelbergensis que sufrió durante meses una terrible infección en la
boca que se le extendió al hueso de la mandíbula, y sobrevivió gracias a
los cuidados del grupo, debían alimentarle dándole la comida
previamente masticada, lista para tragar. En la cultura Minoica el rey
recaudaba absolutamente toda la producción y posteriormente la repartía
entre toda la población para cubrir la necesidadde todos, lo cual nunca
provocó ningún conflicto entre los habitantes de la isla (al menos no
hay registro de conflictos por este motivo). El hecho de la enseñanza en
sí, compartir conocimientos, técnicas de fabricación de útiles, de
caza, pesca y recolección, ya es un ejercicio de cooperación grupal
gracias al cuál hemos avanzado y evolucionado (contrario, como no podía
ser de otra forma, a los inventos estos de las escuelas de “excelencia”,
que se han sacado de la chistera últimamente). Incluso un equipo de
científicos multidisciplinar encabezados por el psicólogo Dacher
Keltmer, de la Universidad de California, están desarrollando un estudio
que demuestra que el hombre es altruista y generoso a nivel biológico.
Según Emilio Civantos Calzada, Doctor en Biología de la UCM -por su
clasificación en cuanto a descendencia, el hombre sigue la estrategia
“K” lo que implica mucho esfuerzo en el cuidado de los jóvenes, Es en
los estrategas de la K, donde se ha dado una evolución mayor de los
comportamientos de cooperación social, Pero además, los humanos somos
animales que actuamos por el bienestar de nuestro grupo social. Esto se
llama altruismo biológico y no somos la única especie que lo practica-.
Dentro del altruismo biológico hay tres tipos, hasta ahora he mencionado
“el de parentesco” y “el de beneficio mutuo” pero el ser humano los
posee todos incluido el último nacido de unas estructuras sociales
complejísimas - “Como resultado, los humanos somos la única especie que
ha desarrollado
un sentido moral” -.
Fué posteriormente, con el comercio entre las comunidades y la acuñación
de la moneda, cuando se desarrollarán estos hábitos que tanto defiende
el capitalismo imperante: competividad, mercado, intereses, acumulación
de riquezas,... Es cierto que hoy estas directrices son un mal muy
extendido, sobre todo por adoctrinamiento a través de los medios (el
desconocimiento de las consecuencias de nuestras costumbres o la lejanía
de los resultados impiden la empatía con otros), la propaganda, quizá
por el diseño de nuestro modo de vida, la organización de horarios, y un
acentuado comportamiento de imitación de la mayoría...no lo sé, pero lo
que sí sé es que a pesar de años y años de adoctrinamiento en favor de
la defensa del mercado, de la competencia, del acaparamiento, la enorme
fuerza altruista aún bulle en nuestro interior pugnando por salir. Aún
sucede que montones de personas se asocian convirtiéndose en una fuerza
benefactora para viajar a lugares remotos, donde reina la miseria, donde
familias enteras mueren de hambre y enfermedad, y luchar con todas sus
fuerzas contra las consecuencias del capitalismo reinante en todo el
orbe; o se plantan delante de la puerta del hogar de una familia a la
que están a punto de desahuciar, sin esperar nada a cambio, y
arriesgándose a agresiones físicas y multas para defender los derechos
de personas a las que ni siquiera conocen. Solo porque hay algo dentro
de ellos que les grita y les dice que la enorme tribu que es la
humanidad puede ser mejor, mucho mejor, que debe proteger a los suyos,
sobre todo a los débiles y a los enfermos, quizá de forma “egoista”,
esperando que algún día alguien haga lo mismo por ellos en caso de
necesidad, quizá... pero lo que tienen claro es que el mercado y la
competencia nunca debió salir del segundo plano en el que debe estar,
siempre por detrás de las relaciones entre personas, del apoyo mutuo.
1.- La biología establece el altruismo genético y distintos niveles del
mismo y asegura que hasta a los seres más básicos se les puede
clasificar en uno o varios tipos, por ej. las abejas (que en caso de
amenaza de la colmena sacrifican su vida con su picadura para
defenderla, y tienen que saber de alguna forma que van a morir, puesto
que no atacan en forma de enjambre, sino un número muy reducido de
ejemplares, salvo rarísimas
excepciones).
2.-Aunque el comportamiento altruista del ser humano va más allá, porque
si fuese el interés propio el que lo alimenta, en caso de que un
colectivo sea cooperativo, lo racional a nivel individual sería no
cooperar, de forma que recibes los beneficios obtenidos por la
cooperación del grupo sin tomar los riesgos y esfuerzos que pueda
implicar este comportamiento de apoyo mutuo, y esto no ocurre de forma
general (es más, los individuos que se comportan de esta manera suelen
ser discriminados en la sociedad). La visión simplista de los defensores
del individualismo y la competencia por naturaleza no se sostiene ante
la complejidad y la avalancha de ejemplos que tiran por tierra sus
afirmaciones.
(Publicado en el Blog Autonomía y Bienvivir, Junio-2015)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)